Me gustaría contaros como fue mi primera experiencia en el agua. Solo me había metido una vez con Samu y César en Penencia, y la verdad es que fue una experiencia horrible.
Ésta vez estuve en el agua, desde la moto, en Corme. Olas pequeñas, mar glassy y solete. Un día bonito.
La primera sensación al estar en medio de la bahía fue increíble, me sentía tan pequeña. Nunca había visto una ola desde el agua y fue alucinante; bajos llenos de peces, y grietas oscuras.
La verdad yo no podría estar flotando como ellos, no me gusta no saber que hay debajo. Intenté grabar imágenes, pero salieron bastante mal, es difícil, muy difícil.
En la mayoría me emocionaba y grababa al cielo, por no decir que se me empañaba la carcasa constantemente, y tuvimos que abrirla varias veces. Para ser la primera vez, salió bastante bien.
También tuvimos que escapar de una ola; estaba grabando y de repente Samu me dijo 'agárrate!', entonces aceleró de frente a ella, justo en ese instante miré para abajo y vi una gran roca blanca, cada vez más cerca, más blanca y más de fuera. Al final le dije a Samu que me acercara a ver la grande, que no salía; se formaba una masa de agua que con la misma desaparecía. Cuando nos paramos en medio de las dos olas me acordé del día de los 12 metros y pensé 'como tendría que estar esto aquel día', tranquilo no, seguro, pero impresionante, increíble y único, fijo. La sesión estuvo bien, cogieron buenas olas de poco menos de un metro, pudiendo disfrutar del spot, sin pasar miedo.
Lo único que dio por culo, como siempre, es la bajada, un 'camino' frondoso con el típico matorral gallego; el buen toxo, y como no, y sobre todo en esta época, esas magnificas arañas que parecen tatuajes, hermosas, que no tienen mejor sitio en el que ponerse que en el medio y medio. Y ya no quiero hablar de la subida, lo mejor es que llueva que así te hidratas, días con sol como este, si que es muy bonito, pero ojo al subir, llevar sales minerales.
Para ir terminando dar las gracias a José Morandeira, por cederme fotos suyas para publicarlas aquí. También a Ángel, de Dunes Europe, por darnos su apoyo, colaborar con nosotros y por unirse a los viajes.
Y como no, a Ángel Fotosplino por dejarnos su primera carcasa, que nos acompañará en mil y un viajes. No me olvido de César, que aunque no puedo acompañarnos en este viaje, nos dejó su moto mientras no está operativa la segunda que viene para el equipo.